miércoles, 24 de febrero de 2010

"DISCURSO POLITICO: LA RETORICA QUE NO CONVENCE"



Escuchando a la Dra. Virginia López en su ponencia sobre el análisis y teorías de aplicación del discurso, salieron a relucir muchos aspectos interesantes de lo que caracteriza a un discurso.
Entre otros factores para que el discurso sea considerado como una práctica comunicativa, necesita tener una estructura de ideas coherentes, así también necesita estar basado en la realidad y en el tiempo correcto para que estos elementos en su conjunto le brinden credibilidad al mismo.
De entre las dudas y cuestionamientos surgidos por parte de los oyentes, llamó la atención preguntar ¿Por qué la sociedad no cree en el discurso que nos dicen nuestros políticos?
La expositora respondió: “los medios y los políticos nos han tratado como enanos, suponiendo que no entendemos o que no nos interesa nuestra realidad. El discurso político no es creíble por que no esta fundamentado en la realidad, se habla de democracia y crecimiento, cuando nosotros vemos que estamos viviendo lo contrario”.
Acierta la Dra. López al mencionar que el discurso político no es verídico, no proviene de una realidad sino que esta maquillado, aunque lingüísticamente esté bien estructurado, no es suficiente para ser asimilado por los individuos.
A esta apreciación yo le añadiría el hecho que culturalmente el mexicano ya esta predispuesto a no creer en nada que provenga de los políticos. Los medios se han encargado de acrecentar ese sentimiento de nihilismo, al exhibir los actos corruptos de personajes políticos, enjuiciando como les da la gana, banalizando y pisoteando a todo aquel que haya sido grabado o captado in facto. Los medios tienen ese poder de influenciar rápidamente a toda una sociedad, así con el paso de los años el mexicano ha formado en su conciencia la idea que política es igual a corrupción, aun sin saber de que trate la acción, con tan sólo ver la imagen, ya le dimos significación.
No digo que la culpa sea exclusiva de los medios, los políticos son la leña que enciende esa hoguera de chismes y escándalos, donde se ha formado una cortina de humo, que ya no le permite distinguir a la sociedad entre la realidad y la mentira. Ni el discurso más retorico podría devolverle la credibilidad a una institución tan viciada y desgastada como la institución política.
Al discurso de la política mexicana le falta un elemento insoslayable: HONESTIDAD y si no se le agrega esa sustancia a la política y a su discurso, este jamás tendrá efecto ante una sociedad que confía en sus políticos, lo que el ratón confía en el gato.

viernes, 5 de febrero de 2010

QUE POCA!!!!!



Este video fue vetado por el gobierno mexicano debido a su contenido por que la verdad no peca pero como incomoda.

La crisis economica sólo afecta a los ciudadanos, por que nuestros politicos cada dia abusan más del dinero que con tanto esfuerzo el pueblo aporta para el "PROGRESO" de nuestra nación, este dinero no sirve más que para el progreso individual de los corruptos y abusivos funcionarios públicos que se rien en nuestra cara por que no tenemos idea de a donde se destinan los ingresos.
Como bien dice la cancion "la carencia" del proletario grupo Panteon rococo, en un mundo globalizado la gente pobre no tiene lugar...
Ahi se los dejo para que les de coraje igual que a mi...

jueves, 4 de febrero de 2010

“GUERRA CONTRA EL NARCOTRAFICO: UNA GUERRA PERDIDA DESDE SU INICIO”


Por: Diana Figueroa

¿Por qué ha fallado la estrategia de Felipe Calderón en su lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado?

Sencillo, por que esta guerra, es una guerra perdida desde el principio, luchar contra la supremacía de un poder inasible como el poder del narcotráfico es una tarea prácticamente imposible. Gobierno y narcotráfico eran el dúo dinámico, una suerte de muralla indestructible cuya alianza no era conveniente disolver. Calderón provoco una especie de autogol, le dio la espalda a quien por tanto tiempo había sido su cómplice y secuaz.
Dado que su autonombramiento como “el presidente del empleo” quedo infinitamente distante a la realidad de un México que desde su inicio de sexenio ha perdido más de 900 mil empleos ( reforma, mexico D.F) nuestro presidente necesitaba una acción que lo destacara y le permitiera combatir un poco las fuertes criticas que se han suscitado en lo que va de su gestión, y para distinguirse eligió la peor manera: el combate al narcotráfico, que ha provocado decenas de miles de muertes además del gasto excesivo que se ha realizado para respaldar esta lucha, dinero que bien podría aprovecharse para propósitos productivos, como educación o salud.
Lamentablemente Calderón no vio, o no quiso ver que esa labor titánica implicaría perder totalmente la seguridad nacional, pues si bien antes existían problemas de seguridad, estos se han extralimitado y ahora padecemos las atrocidades sucedidas por la revancha de los carteles del narco. Un dato contundente que ejemplifica nuestra nefasta situación, es la inverosímil cantidad de asesinatos que han ocurrido en lo que va del año 2010, ya son mas de 1000 muertos en el país por causas relacionadas al narcotráfico a tan sólo 34 días de iniciado el año.
¿Hasta cuando terminará este tsunami de violencia y muerte? A mi parecer existen dos opciones:
1.- que se realice una tregua entre el gobierno y el narco, llegar a una conciliación, frenaría en gran medida tanta violencia.
2.- que se asesinen todos, tanto miembros del narco como miembros de policía y ejército. Aunque suene muy fatalista (que ciertamente lo es) mi opinión, creo que al paso que vamos esto empezara a ser creíble, recordemos que en esta vida todos somos necesarios más no indispensables y en esta cadena de muerte, el eslabón perdido es reemplazado por otro rápidamente. Si matan hoy a un sicario mañana contratan dos, si asesinan a un jefe de policía, mañana nombran uno nuevo y así sucesivamente haciendo de esta cadena un círculo vicioso que no se acabara hasta que uno ceda o hasta que se asesinen todos.
La guerra contra el narcotráfico no ha logrado ni paz ni seguridad, al contrario ha puesto a la sociedad en un estado de nerviosismo permanente, donde los más afectados somos los ciudadanos comunes, que como siempre terminamos pagando los platos rotos de un gobierno inepto y retrasado que trata de controlar un país que simplemente ya no tiene control.